Mi viaje, mi vida | Isabel Montaño

 Soy Isa: artesana, comunicadora, colombiana y viajera

 

Vivo viajando desde el 2012, vendiendo artesanías en los parques y las playas para pagar mis viajes. También hice música y malabares, tome fotografías y videos.

Me como la luna

Fotografía tomada en el cabo de la vela, en mi primer viaje al norte de Colombia

 

«Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas»

(Henry Miller)

Colombiana de viaje

Soy Isabel Montaño Sanint,  soy rolo/paisa/caleña, Colombiana, tengo 31 años, (de 1987). Soy acuariana, aunque no se que quiere decir eso.

Soy viajera y desde muy pequeña esta idea se me metió la idea en la cabeza y ahora vivo viajando desde hace 6 años, con unas pulseras que son mi sustento.

Mis estudios

Estudie el colegio Francés, luego estudié comunicación social y artes visuales en la Universidad Javeriana de Bogotá.

Mi trabajo de grado de la Universidad Los Locos, Viajeros por Suramérica, fue una investigación para aprender a sobrevivir viajando, trabajando en la calle, siendo mi propia jefe, manejando mi tiempo mi economía, y principalmente «mi lugar».

Al volver realicé mi practica universitaria en la Legión del Afecto, un programa social que creado por comunidades en riesgo que acompañaban otras comunidades con problemas de violencia, estigmatización, vulneración, y faltas de oportunidades. Así recorrí Colombia, la Colombia profunda, esa que nadie conoce por miedo o desconfianza. Y conocí lo malo y lo bueno del mundo, aprendí a cuidarme, aprendí que en todas partes hay gente hermosa, generosidad y talento.

Luego viajé 2 años por centroamerica, y 2 años del otro lado del charco, chapoteando entre Europa, Africa y Asia

¿Cómo aprendí a viajar?

Mi primer viaje

En el año 2010, en una plaza de mercado de las nieves, almorzando con cinco amigos salió a relucir el tema del ceviche peruano,

-“hagamos ceviche peruano” dijo Peet

-“¡qué va, mejor vámonos para Perú! ¡Pasado mañana!”,

-“Si, espérenme hasta el viernes que salgo de vacaciones”.

Por primera vez salí del país. Pedro me enseñó a dormir en el bus, me enseño portugués, me mostró como viajar sin preocupaciones, aunque peleábamos mucho, sobretodo porque a él le gustaba una avena con un pastelito horrible y no podía soportar que se comiera eso.

Pero un día hice un amigo en la playa, que cambiaría sin saber el rumbo de mi vida.

El día que decidimos salir, íbamos todos rumbo al sur, pero yo y aquel chico queríamos ir a dedo pero Pedro no. Así que arrancamos en un camión con ese peruano viajero. Y al llegar a nuestro destino, Pedro no llegó, y terminamos dandole la vuelta al Amazonas para llegar de nuevo a Colombia donde yo regresaría a la universidad.

Pero volvamos un poco atrás, el camión era un camión destapado sin paredes ni techo así que se veía todo el paisaje.

 

Viaje a dedo

Mi primer viaje a dedo en el 2010

 

Desde entonces todo cambió, ya estaba sola, cambié mi forma de vestir, mi forma de actuar, nadie me conocía, ni sabían de donde venía, ni a que clase social pertenecía, así que podía entrar a donde fuera y actuar sin temer señalamientos, como si de un momento a otro hubiera cambiado de piel y fuera otra persona.

 

Este chico peruano hacía malabares en los semáforos, hasta el momento andaba de vacaciones y me invitaba al taxi y a comer aunque no teníamos nada, pero llegó el momento en que se quedó sin dinero y tuvo que salir de nuevo al semáforo. Yo tenía dinero, pero como no quería quedarme en casa esperando a que volvieran, pedí una nariz de payaso y a pesar de sus reproches, dije:

“algo haré, no sé qué, pero algo haré”.

 

 

payaso

La primera vez que trabajé. Y en otro país, en la calle, y viajando.

 

 

Salí al semáforo y comencé a saltar, a correr y a divertirme; confieso que fue un éxito, donde quiera que nos parábamos, la gente suspendía sus actividades y se detenía a mirarnos desde lo alto de los edificios, los balcones, los carros y las aceras; la aglomeración aplaudía y observaba atenta y emocionada, los niños gritaban, corrían, nos apuraban sin descanso para que saliéramos a jugar al semáforo.

Había encontrado que podía vivir viajando.

Días después tomé un avión a Bogotá, volví a la universidad y retome mi vida normal.

Comencé entonces a valorar mucho este estilo de vida. Comencé a observar el valor que tienen los viajeros al alejarse de todos sus apoyos, familiares y amistades y salir a defenderse solos frente al mundo, como un ser universal. A confrontar el desapego material y sentimental, a salir de la comodidad, de la seguridad, para ganar sabiduría, conocimientos y libertad.

 

EL VIAJE, UNA DECISIÓN VITAL:

Una gran emoción de visibilizar esta cultura de viajeros que para mí estuvo tantos años escondida, me llevó a realizar nuevos viajes. Había conocido músicos, artesanos y malabaristas que vivían viajando de su arte.  Pero ¿Cómo llegaría a acercarme a ellos?

Y fue entonces cuando conocí a quien se convirtió en mi compañero de aventuras por más de 3 años. Él había nacido viajando y no había ningún problema que le quedara grande. Viajamos un año por Suramérica, luego volvimos a Colombia, y encontramos trabajo en un proyecto social que se llama la Legión del Afecto, un programa que trabaja con jóvenes de comunidades vulneradas por la violencia y la estigmatización que ayudan a otros jóvenes con problemáticas similares para superar sus problemas por medio del amor y el arte; la música, la danza, el teatro, los malabares, la pintura y la danza entre otros. Comencé haciendo videos y fotografía en este proyecto social. Y conocí personas maravillosas con vidas contrariadas, gente llena de talento y de sueños. Y conocí los peligros, puse en riesgo mi vida muchas veces, pero valió la pena porque me llené de amor y aprendí a defenderme en un mundo lleno de conflictos e injusticias. Conocí personas maravillosas que me dieron todo y hasta más.

 

 

Playa Carenero

2015, Panamá. (Playa Carenero, Bocas del toro)

 

Cuando terminó el proyecto social, seguimos viajando, pero no podía dejar de contar mis experiencias, dejar de hacer videos y fotos, dejar de escribir sobre cada experiencia maravillosa que tenía, de apoyar a la gente que quería hacerlo incluso sin dinero, de compartir cada cosa buena y mala que me pasaba y así nació Guía para Mochileros, motivada por el amigo que me sacó por primera vez del país.

Un día nos separamos, mi compañero ya no quería viajar más, no quería irse tan lejos, ni tanto tiempo y yo no abandonaba mi sueño de recorrer el mundo entero, de conocer los países del otro lado del charco, de llegar hasta el límite, si es que ese limite existe.

Yo continué viajando haciendo de mi hogar un hotel y del día a día mi economía. 

 

¿Cómo nació La Guía para Mochileros?

Cada historia que narraba una y otra vez era escuchada con atención, miles de preguntas surgían sobre el viaje, espectadores atónitos, incrédulos salían a relucir!

Tomé cuidadosamente nota de hospedajes, precios de transportes, cada gasto, cada ingreso, cada dirección! ¡y lo guarde debajo del colchón!

¿Para qué? No sabía qué hacer con tantas fotos lindas, videos y tanta información útil. Si tan solo pudiera compartirla: ¡Una guía, con toda la información que puedan adquirir con preguntas y respuestas! con fotografías, crónicas, historias llenas de ilusiones, problemas y soluciones… ¡una vida acelerada es la descripción más clara de viajar! ¡Pasan tantas cosas en un mes! ¡Tanta gente, tantas historias situaciones nuevas, comidas, tradiciones! Problemas y soluciones. ¡Tanto por descubrir vale la pena verlo y compartirlo!

Esta página, ha motivado a muchísima gente a cumplir sus sueños, me ha traído amigos, me ha dado la oportunidad de hacer intercambios con hoteles y tours para poder darle la vuelta al mundo. Siempre soy sincera cuento el lado bueno y el lado malo de las cosas porque todo tiene muchas caras y muchos aprendizajes.

 

Mi ruta de viaje

 

Con mi primer compañero de viaje recorrimos Suramérica durante un año y me dio todo lo que debía tener para poder viajar, me enseño malabares, artesanías, música, y sobre todo me enseño a perderle el miedo a no tener dinero y temerle al sueldo fijo!

Nos fuimos en un viaje por Colombia, y a los seis meses rumbo al sur; viajamos por las costas de Ecuador durante un mes y medio y Perú por tres meses, por Bolivia un mes, Argentina 5 meses y Paraguay 20 días y este viaje lo dedicamos a hacer un documental sobre la vida de los mochileros, grabando conversaciones cotidianas, paisajes y vivencias que encontramos a nuestro paso y tomando notas sobre la vida de los mochileros.

Viajamos durante 2 años por Colombia, en nuestro auto (Pepe Grillo), recorriendo los lugares más turísticos, conociendo la diversidad cultural, musical y gastronómica de nuestro país, para encontrar las mejores fotografías y describir todo aquello que nos hubiera gustado saber antes, para así mejorar la experiencia de futuros viajeros.

Entonces viajé con otro chico por un año y medio, y le enseñé a hacer artesanías, recorrimos juntos Panamá durante 6 meses , Salvador durante 15 días , Guatemala 7 días (después estaría 3 meses sola)  y  finalmente México por 3 meses (luego estaría 2 meses más sola). Aprendimos a vender muchísimo más.

Hasta que entendí que debía continuar sola y tener mi propia experiencia.

 

Viaje Sola

Viaje al arcoiris

Viaje por Turquía, en las montañas en busca del arcoiris

Entonces me fui a Belice durante 20 días, luego volví a México durante 3 meses y esta vez me fuí más lejos hacia el norte hasta la Riviera Nayarith, bajé a Guatemala por tres meses.

Europa

Entonces decidí por fin hacer realidad el sueño que tanto me atemorizaba, ir a Europa de mochilera, vendiendo mis artesanías. Viajé con mi mamá un mes por España y Portugal de mochileras durante un mes.

Luego viajé a Francia sola y vendí artesanías en el camino como siempre. Y al cabo de tres meses de estar en Europa tuve que salir.

Llegué a Turquía por 3 meses (Asia) pese a todos los que me hablaban del peligro de viajar sola en un país musulmán. Luego Egipto durante un mes (Africa) «el país más peligroso para una mujer sola» y lloré 3 dias antes de salir para allá, pero no sentí el peligro.

Luego volví a Francia a cuidar discapacitados, a conocer la nieve y esquiar, y estuve 3 meses, salí a Israel por otros 3 meses, y luego volví un mes a Egipto, Dahab.

De ahí volé a India, mi peor pesadilla, desde dónde huí por 15 días a Katmandú Nepal, que me encantó y luego a Tailandia durante dos meses.

Entonces tuve que volver, pasando por Francia y República Dominicana. Ya que mi padre estaba enfermo. Ahora ya se encuentra fuera de peligro, y mi destino es incierto.

 

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Guía para Mochileros es una guía para motivar al viaje, y también una forma de unir viajeros, para ayudarnos, apoyarnos y acompañarnos en el viaje! y para demostrar que VIVIR VIAJANDO SI ES POSIBLE!

 

Bienvenidas todas las preguntas y bienvenidos también otras experiencias mochileras!