No nos dejaron entrar a México, sin razones justificadas y lo peor de todo fue que nos dejaron encerradas junto con 60 personas, sin agua, ni comida y con mucho frío, con bebés, niños, mujeres y hombres que llevaban ahí hasta 2 meses encerrados y maltratados. Ver video

Nuestro vuelo salió de Colombia a las seis de la tarde como era previsto. A la salida de Colombia, en el counter de Copa Airlines, revisaron nuestros documentos pasaje de salida reservas de hoteles etc.

Teníamos todo en orden.

fila de migraciones México

Otros detenidos al entrar a México

Y llegamos a la hora prevista, 12 de la noche a migraciones de Cancún. Había una larga fila, de pronto vimos tres chicas con las que se estaban tardando más de lo normal, el oficial salió con sus pasaportes hacia otro lugar. Y luego las llamó para que lo siguieran.

Luego venían dos chicos argentinos que pasaron antes de nosotros, les preguntaron si tenían dinero, pero dijeron que no, que lo tenía el amigo de ellos que venía atrás, les preguntaron porque iban separados en la fila y no todos juntos, y respondieron que porque el amigo estaba llenando los documentos y por eso había llegado después de la fila, los dejaron pasar.

Más adelante iba una pareja, un mexicano con una colombiana, a él lo dejaron pasar, a ella la devolvieron.

Todas las familias pasaron si ningún problema.

Todas las mujeres que iban solas fueron devueltas.

Nuestro Turno

Llegó nuestro turno, María pasó su pasaporte, y detrás llegué yo.  Y pasé el mío, con 58 sellos de diferentes países, el oficial comenzó pasar las páginas y le pareció que yo tenía muchos sellos mexicanos.

9 para ser exactos.

  •  19 de julio el 2016 Chiapas (por tierra) E
  • 11 de octubre el 2016 Quintana Roo (por tierra) S
  • 22 de octubre de 2016 Quintana Roo (por tierra) E
  • 04 de diciembre de 2016 Chiapas (por tierra) S
  • 8 de marzo de 2017 Quintana Roo (por tierra) E
  • 13 marzo de 2017 Quintana Roo (por avión) S – este sello no lo pusieron aunque salí por avión y tengo el de entrada a Colombia en esa fecha. (me dicen que es normal que no lo pongan)
  • 26 de marzo de 2019 Quintana Roo (por avión) E
  • 22 de abril de 2019 Quintana Roo (por tierra) S
  • 20 de mayo de 2019 Quintana Roo (por tierra) E
  • 04 de septiembre de 2019 Quintana Roo (por avión) S
  • 1 de julio de 2021 Quintana Roo (por avión) rechaza

El oficial de migración me preguntó cuántas veces había entrado a México, yo le dije que no lo llevaba la cuenta pero que por ahí seis, que no estaba segura.

Le dije que México era mi país favorito, y que además había vuelos baratos a Europa desde Cancún a Bélgica por 100 – 150 € (al menos antes de la pandemia) y por ese motivo siempre pasaba por ahí para ir Europa.

También le conté que me gustaba ir a Belice, (País fronterizo al que siempre voy) a una isla llamada Caye Caulker o Cayó Corker (en español), pues ahí se podía hacer snorkel, ver el tiburón tigre y hacer windsurf.  Por eso siempre salía desde Quintana Roo a Belice y volvía a entrar.

Me preguntó cuál había sido la vez que más me había quedado le dije que la primera, que había estado tres meses, luego había estado un mes en dos ocasiones, 15 días, tres días y hasta un día. Que siempre había estado legal, pues México le dan a unos seis meses de permiso.

Me preguntó por las reservas de hoteles, se las mostré la aplicación de Booking y le conté que íbamos primero una semana Tulúm, luego una semana a Bacalar, después Cozumel y la última semana a Holbox.

Me pidió el pasaje de salida, y también se lo entregué. Me preguntó si teníamos el pase de salida para el mismo día las dos y le confirmé que si.

Entonces llegó otro oficial, el oficial que nos entrevistó le dijo que yo tenía muchos sellos, y el otro le respondió: “usted ya sabe qué hacer”

El oficial tomó una cinta pegante y la puso tapando el sello de mi página web guiaparamochileros.com , encima escribió mi nombre y CMP 355 lo que correspondía a mi número de vuelo.

La sala de espera

Sala de espera en Migraciones Mexico

Así que nos llevaron a una sala dónde teníamos que esperar la segunda entrevista, en esta salita había agua con vasos de papel, quedamos alrededor de 10 personas ya fueron otros cinco, Y ahí estábamos conversando, yo saqué mi cámara para grabar y entretenerme, aunque los otros me decían que tuviera cuidado porque me la podían quitar.

Había tres chicas colombianas que viajaban juntas, pasaron a la segunda entrevista, el oficial revisaba su celular y las conversaciones con sus novios mientras les hacían las preguntas.

Un par de hombres iban para Estados Unidos, aunque la mayoría simplemente iban de turistas. Uno de los hombres que estaba ahí decía que había pasado muchas veces por ese lugar, y que ahí al menos podríamos conversar, que en Ciudad de México era peor.

La segunda entrevista para «entrar a México»

segunda entrevista México

Una hora después nos pasaron a la segunda entrevista. Llamaron a María la amiga con la que yo iba, ella pidió que me dejaron pasar a mi también, pues yo era la que conocía México y tenía todos los documentos impresos.

Así que me hicieron pasar pero a mi sola, no me entrevistaron donde entrevistan a todos, sí no que me pasaron a una mesita pequeña al fondo de la habitación, y me entrevistó una mujer muy dulce, me preguntaron cuantas veces había entrado a México, le dije que alrededor de seis, que no las había contado, también le conté a la oficial, que me llegaría un computador, que una amiga me lo traería desde Estados Unidos a México, que podían revisar mis conversaciones, y yo debía ir a recogerlo. Una vez más le mostré todos mis documentos.

Le dije que tenía 500 € euros en efectivo, y 6000 dólares en la cuenta que tenía todos los documentos impresos y que los podía revisar. Me preguntó cuando tenía mi amiga. Todavía pensar para hacer las convenciones a dólares, para que ellos entendieran. Mi amiga me dijo que tenía 4 millones de pesos O sea 1300 $ dólares.

También me preguntó por el itinerario le dije que tenía todas las reservas en el celular. Que podía ir a buscarlo, porque lo tenían encima de la mesa, de la oficina, pero ella me digo que no. Me pregunto si ya tenía pago el día de llegada le confirmé.

La oficial fue muy dulce conmigo, y yo me sentía muy segura de todo lo que decía, pues había pensado muchas veces por fronteras y tenía todo los documentos en regla. Ella me dijo que hablaría con el oficial a ver si podían dejarnos pasar.

Pasamos de nuevo a la sala de espera. A la media hora nos llamaron a decirnos que teníamos derecho a una llamada que podría hacer el Consulado de Colombia pero que es ahora no contestarían ya que era medianoche, o que podíamos hacer una llamada a un familiar.

Tratamos de preguntarles porque no nos habían dejado entrar a México, y nos dieron que porque no teníamos algún requisito, yo les dije que si lo teníamos.

Entonces me respondieron que tener todo los requisitos no era garantía de que dejaran entrar a México a uno.

Le pregunté si había manera de apelar, y me respondió que no.

La oficial me dijo que ella había sido muy querida, se puso de mal genio y se le aguaron los ojos, yo le dije que si que había sido amable, pero que querías saber porque nos habían dejado entrar a México.

Entonces otra oficial me dijo que ella no era tan amable, y que si seguía preguntando me van a poner el sello de alerta para que no me dejaran entrar a México nunca más.

Derecho a una llamada [Alerta Migratoria]

Entonces entré a la sala de espera, y me senté a esperar. En un momento pensé en aprovechar para avisarle a mi mamá para que no se preocupara. Me dejaron hablar largo, le conté que había mostrado todo los papeles, y que no me habían dejado entrar a México.

Entre la rabia que sentía cometí un gran error, le dije a mi mamá que el problema no era con la gente mexicana, porque en México eran muy amables, que el problema era con los policías que eran un poco complicados. También le dije que tenía una amiga a la que le había pasado y que había publicado en periódicos y en la radio.

Yo lloraba, contándole a mi mamá.

Entonces la oficial qué dijo que no era amable pidió mi pasaporte, y le puso un sello verde con la palabra “rechazo” escrita el lapicero, y la fecha modificada con el mismo lapicero.

Yo le pregunté a la oficial si podía coger un vuelo inmediatamente para devolverme y entrar a México, y ella me dijo que no lo recomendaba y menos si  me tocaba con los mismos oficiales otra vez, que tenía que esperar por lo menos 3 meses, a las otras, les digo que seis. Pero la oficial “mala gente” (la que me dijo que no era buena gente) me dijo que yo no podía volver entrar a México porque ya tenía el sello de alerta.

El encierro [Hambre, frío, sed y miedo]

Cuarto frío México

Entré a la sala, hasta las 2:30 la mañana, hora a la que nos llevaron a todos a una habitación grande, de alrededor de 60 m². A ninguno de los que llevaron a la segunda entrevista lo dejaron entrar a México, todos tuvimos que entrar al cuarto frío y devolvernos a nuestro país.

Hacía mucho frío yo estaba en sandalias. Y no tenía más que una camisa manga larga, saqué el poncho para la lluvia, que era un plástico muy delgado y el forro de la maleta para cubrirme los pies. Teníamos que dar todas las maletas afuera de la habitación y entrar sin nada.

Antes de entrar le preguntamos a los oficiales que nos dejarán pedir un Uber con comida y agua, porque teníamos hambre y sed. Y nos dijeron que no. Pedimos que nos dieran agua para tomar, y nos dieron que no.

Entonces me metí la cámara entre el pantalón. Que vi que no había ninguna oficial mujer y no podría registrarme el pantalón. Me revisaron la bolsa plástica y el cobertor de la maleta y me dejaron pasar.

Nos sentamos en una esquina desde donde podíamos ver nuestras maletas, donde tenía la plata, la cámara los lentes, el computador, las tarjetas y todo lo de valor qué es lo que tengo conmigo en los viajes, aunque estaban del otro lado del vidrio. Y si alguien hubiera querido tomarlas lo único que hubiéramos podido hacer era gritar.

Las grabaciones

Yo saque la cámara entre María y yo, pegada al suelo para que nuestros cuerpos la ocultaran de las cámaras que estaban en el techo y alcancé a grabar un poquito.

Aunque me ha miedo que me vieran las cámaras, por miedo a que pudieran robarme la cámara los policías, o peor aún maltratarme.

Había alrededor de 20 cámaras en esa habitación, de a tres en cada esquina.

Enfrente mío había una pareja, los escuché decir que llevaban tres días ahí, así que me acerqué hablar con ellos. Les pregunte cómo sabían cuantos días llevaban, pues estábamos en el sótano donde no se veía la luz del sol, y había aire condicionado helado y me dijeron que habían entrado el 29 y sabían que hoy era primero, así que serían tres días.

Temí por mi, imaginándome pasar dos meses en esa habitación, con frío y comiendo pan y agua, y temí por todos los que estamos ahí.

¿Cuándo saldremos? ¿Cuánto tiempo a pasado?

Me dijeron que todos los días le decían que saldrían a las seis de la mañana Y que así había gente que llevaba mucho tiempo. Que les traían dos veces al día pan y agua.Y era lo que estaban comiendo en este momento. Tenían un pan del tamaño de 10 cm de largo, y se alcanzaba a ver un jamón en la mitad. Y una botellita de agua pequeña. Me dijeron que dependiendo de la aerolínea les traían diferentes cosas, que los de Wingo no recibían nada.

Que había un hombre que llevaba dos meses ahí y que a él no le llevan comida, que la gente le regalaba. Era un vietnamita que estaba durmiendo en este momento.

En algunos momentos grabé audio mientras hablaba con la pareja. Ella era chilena y él era de Haití. Decían que venían a conocer México pero que los oficiales pensaban que se iban a meter por el hueco a Estados Unidos, pero ella repetía una y otra vez, que era chilena y que no necesitaba visa para Estados Unidos y podía entrar sin problema.

Me dijeron que no les habían dejado hacer la llamada.

Dos meses encerrado

Ellos me contaron que al vietnamita que llevaba dos meses ahí encerrado no le daban comida, que le tocaba colgar la ropa y lavarla allá dentro. Y que los policías lo trataban muy mal.

Luego del rato me levanté para dar una vuelta por la habitación, encontré una madre que amamantaba a su bebé. Le pregunté cuánto tenía, me dijo que ocho meses.

Bebés en migraciones México

Había muchos niños pequeños, muchos hombres y mujeres. Muchos Colombianos, venezolanos, ecuatorianos, haitianos y brasileros. Incluso había un venezolano que estaba haciendo escala en México y le dijeron quien esperara la escala en esa habitación. Él me dijo que no le importaba que lo único que quería era ir a Venezuela.

De otras nacionalidades sólo había una Argentina, la chilena, un vietnamita, y una cubana, según me dijeron a estos dos últimos los dejarían ahí porque no había vuelos de vuelta a su país. Y que por eso la cubana estaba llorando.

Grabando a escondidas

encerrada en el baño de migraciones México

Al fondo de la sala había un lugar escondido de las cámaras, tapado por unos asientos, me senté en la esquina, Al lado mío había una bebe durmiendo, con miedo saqué la cámara, de abajo de mi poncho, y grabé a la chiquitina. El hombre que está en frente mío, me decía: ¨grabe todo lo que pueda, y hágame famoso en YouTube¨.

Me hubiera gustado hacer entrevistas, grabar a cada una de las personas que estaban ahí, grabar los sandwiches, pero era muy riesgoso.

Entre al baño en dos ocasiones, me ha acurruqué en una esquina para contar lo que escuchaba, lo que me habían contado, lo que veía y lo que sentía, pero tenía miedo porque había un hueco del techo y no sabía que había ahí. Si era un lugar por dónde escapaban, o si era un lugar donde había cámaras que nos vigilaban en el baño.

Había vasos esos de papel, alrededor de todo el salón pero no había agua porque había mucha gente y ya se la habían tomado. Había un porrón de esos 20 litros, vacío.

Sin agua

Cuando los oficiales se acercaron a la puerta para sacar un par de personas, muchos corrieron a pedir agua, pasándole el porrón de 20 litros, quieres dijeron que no había agua, una vez más, algunos ofrecieron que las compraban, que pidieran el porrón de agua y que lo pagaríamos, pero nos negaron el agua. Nos dieron que las seis de la mañana saldría cuatro personas de Colombia.

Y a esa hora con una lista en mano comenzaron a llamar. Mi nombre estaba en la lista. Pero el de Maria no. Ella me pidió que anotara el número de su mamá, porque ella no había podido llamar, cómo no tenía lapicero, lo grabe con la cámara, gritándonos a través del vidrio. Le pregunté al oficial por ella, y me dijo que ella no saldría todavía, pero que saldría el mismo día.

En el camino, un hombre que trabajaban en el aeropuerto me dijo que los que estaban ahí hace dos meses, era porque habían pedido abogado, así que los dejaban ahí encerrados hasta que se aburrieran.

Me sorprendió que me dijeron que no podía apelar, pues no me dieron esa opción. Aunque pensar en quedarme encerrada en una habitación apunta de pan y agua, durmiendo en el piso y con frío por 2 meses sonaba bastante mal.

El regreso a Colombia

Al llegar al avión, comenzaron a llamarnos a todos, y llamaron a María. Un hombre dijo: “¿voy a buscarla?” Y una señora respondió: ¨no, ella todavía no sale¨. Tenían su tiquete de vuelo en la mano. Sentí miedo de que si la dejaran allá sola. Que no la dejaran salir en mucho tiempo.

Durante el vuelo entrevisté uno de los chicos que iba a México encontrarse con su papá para viajar con él. Me contó que el vietnamita era muy querido que le daba la cama los niños chiquitos Y que la gente le regalaba comida porque él siempre que llaman a alguien para darle comida decía que era él y todos se reían.

Salida de migrantes

Al llegar a Panamá, nos pidieron que saliéramos de últimos, así que a la salida del avión en el pasillo volví a grabar a todos los que estábamos ahí y que habíamos estado en esa habitación, éramos muchos.

Me llevaron junto a otra colombiana, la que venía con su novio mexicano, habían comprado una propiedad en México, y querían casarse al llegar. Él volvería entonces a Colombia la otra semana para casarse antes de ir a México.

Ella me contó que cuando yo no estaba ahí, los oficiales habían dicho que les parecía demasiado los 6000 $ dólares, que yo tenía, para viajar por un mes en México. Y que era un motivo puedes que sospechaban de mi.

Por los pasillos del aeropuerto de Panamá encontré una mujer con su hija llorando, ella se recostaba contra el muro y lloraba desgarrada, mientras su hija chiquita la abrazaba llorando también, seguramente era haitiana, quise ayudarla, y le pedí al hombre que nos acompañaba que la ayudáramos, él lo pensó se volteó pero siguió caminando, nunca supe porque lloraba, si ya habíamos salido del enclaustramiento y del frío.

Alerta Migratoria al entrar a México

Somos turistas exigimos dignidad y respeto

Al llegar al aeropuerto de Colombia me entregaron mi pasaporte, que efectivamente tenía el sello de rechazo. Me fui a recoger mi maleta que habían abierto y sacado del envoltorio plástico. Le faltaba una de las cuerdas que la amarraban. Se veía más vacía, pero no logré ver si me faltaba algo. Pues las cosas más importantes están ahí.

María me dijo que la suya la habían abierto también. Que nada estaba en su lugar, pero que parecía que no le faltará nada. Y que le había quedado un olor químico parecido al del insecticida en toda la maleta.

Hablé con una de las chicas colombianas que había viajado en copa Airlines y me contó que les habían dado un sandwich con queso Cheddar, una granola y una papa. Y me dijo que le había ofrecido al vietnamita, que llevaba dos meses ahí, al que no le daban comida, y que la había rechazado por obstinado.

Ayer conocí un hombre de Estados Unidos que me contó que había estado mas de 30 veces en Mexico sin ningún problema y yo on 6 fui rechazada.

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En la tarde al llegar a la casa de mis amigos, logré hablar con María que ya había salido rumbo a su casa, me contó que se había encontrado con el director Nacional de migraciones, quien se había puesto llorar con ella, al contarle sobre los niños pequeños durmiendo en el piso y la falta de comida y agua. Quién le dijo que mandáramos por escrito lo que había pasado para detener el abuso y rechazo a las mujeres colombianas.

Comparte a todas las personas que puedas, comparte a quien pueda ayudar. Entre más gente lea esto más fácil será detener las injusticias.