La mejor zona de todo el viaje: De Perú a Bolivia

Viaje desde los hermosos paisajes del desierto de Perú a la mágica Isla del Sol

• De Lima hacia abajo tenemos muchos lugares supremamente turísticos y de una belleza extraordinaria. Para empezar esta Paracas, un parque natural donde se pueden observar lobos marinos, aves y delfines, se puede observar el Candelabro de las líneas de Nazca, más abajo está La Huacachina, de la que hablamos en el anterior post, y un poco más al sur esta Nazca, donde se pueden observar las famosas líneas de Nazca, ya sea pagando un vuelo en avión por 63 euros, o subiendo a un mirador. Hacia el sur esta Arequipa, la ciudad de los volcanes, una ciudad construida con sillar, una piedra volcánica sacada de los hermosos volcanes que la rodean y junto a ella el Cañón del Colca, donde se pueden apreciar enormes cóndores. También en el sur, está Machu Picchu y junto a ella, Puno (Perú) y Copacabana (Bolivia), con el enorme y majestuoso Lago Titicaca y sus sagradas Islas del Sol y de la Luna de las que les hablaremos aquí adelante.
• En este post les hablaremos un poco de las Playas del sur y del sur de Bolivia.

Artesanos viajeros:

De Camaná volvimos a Arequipa, compramos hilos y unos pois allí encontré un colombiano que me enseñó a hacer flores en chaquira checa. Encontramos una artesana peruana, llamada Amazónica por ser de la selva de Perú, de unos 50 años, tenía el pelo largo y siempre suelto, vestía de algodón blanco, usaba largos collares de semillas y trabajaba el alambre de manera virtuosa, engarzando piedras y colmillos; planeaba salir con nosotros hacia Bolivia para pasar las fiestas del 31, pero sus hijos la convencieron de pasar año nuevo con ellos, ella lloró porque quería estar en las fiestas en Copacabana pero con lágrimas en los ojos regreso al norte.

El 31 de diciembre en Mollendo

Causa rellena de Perú

El 31 de diciembre salimos para Mollendo, una ciudad con una playa supremamente turística, el 31 había más de mil carpas en la playa y mucha pólvora y sobre ellas letreros que prohibían acampar y lanzar pólvora, lo que en este momento era imposible; a las 12 de la noche, la pólvora salía en cantidades exorbitantes, entre las carpas, por encima y a los lados de ellas, esperamos un tiempo, pero ninguna carpa salió incendiada (gracias a dios 😉 ).

Vendimos artesanías como arroz, esa noche los precios subieron hasta un 400 % y seguíamos vendiendo. Comimos en los mejores restaurantes, celebrando la cena del año nuevo. Ahí encontramos una colombiana artesana que viajaba embarazada y había llegado sola a Mollendo para tener el bebé ahí.

Una tarde, cuando comenzamos a ver que los turistas se iban, salimos para Arequipa, a las 11 de la noche arrancamos para Puno y de Puno a Copacabana. Subimos desde Mollendo al nivel del mar, directamente hasta Copacabana a casi 4000 metros de altura, no es exagerado si les digo que solo poniéndonos de pie, llegábamos a fatigarnos.

Al entrar a Bolivia nos advirtieron en la frontera que no podíamos trabajar y lo que menos hicimos en Bolivia fue trabajar, estas eran nuestras verdaderas vacaciones, nos dedicamos a descansar y disfrutar.

De Copacabana a la Isla del Sol: un cambio interior

Copacabana, no fue lo que esperábamos, un pueblo de ladrillos, bastante sobrio, todo estaba caro, “al doble de lo normal” decía un niño del pueblo, de hecho, estaba más caro que Perú. El lago Titicaca, Majestuoso, no se alcanza a ver el otro lado del lago, uno se siente a la orilla del mar, aunque todo indica que estamos a 4000 metros sobre el nivel del mar.

¿PORQUE NO NOS ATIENDEN?

De cinco tiendas que visitábamos una nos atendía, las otras aunque tuvieran en la vitrina lo que les estábamos pidiendo nos decían que no tenían e inmediatamente nos daban la espalda. Algún viajero antes de llegar nos comentó que era necesario llegar a las tiendas ofreciendo algo antes de pedir que le vendieran a uno, ¿que había que ofrecer? Trabajo, coca, artesanías, algo, pues primero hay que ofrecer y luego pedir. Aun cuando sabíamos esto, no intentamos hacerlo, algunas nos trataban de una forma increíble con una gran sonrisa y mucho amor. Yo acepto y admiro la postura de las bolivianas, no les importa el dinero, primero el respeto, la cultura y la pachamama, realmente admirable.

El hostal de los locos estaba llenísimo, era un lugar hermoso y muy diferente al resto del pueblo; las paredes estaban pintadas con dibujos y graffitis, un patio con mucha luz, músicos tocando todo el día y viajeros preparando y repartiendo comida. Como no había cupo, nos fuimos a un hotel que atendía un niño de unos 8 años, él lo ubicaba a uno, cobraba y atendía todas las cuestiones del hotel. No estábamos donde queríamos estar, así que cuadramos con unos colombianos, unas argentinas y una brasilera para ir a la Isla del Sol, al medio día arrancamos.

Busca hotel en Copacabana aquí

Jhon en la lancha hacia la Isla del Sol

Isla del Sol: un paraíso con frío

El lago Titicaca es el lago de ese tamaño mas alto del mundo, a casi 4000 metros de altura, las leyendas de la zona dicen que el lago se creó por el derretimiento de los nevados, otros dicen que el mar quedaba ahí, y que las placas tectónicas hicieron que esta zona se elevara y quedara con este gran y majestuoso lago. Los que tengan mas conocimiento científico podrán tener otras teorías, y compartirlas. Pero lo que es completamente real es la magia de este lugar.

Playa de la Isla del Sol, turistas asoleándose en bikini (hace frío)

Grabamos bastante sobre todo los paisajes y los viajeros en su descanso, en Copacabana y en la isla si se podía trabajar, la mayoría parchaban, exponían sus artesanías en el muelle. Los artesanos con los que fuimos, (dos argentinos, una brasilera, y un colombiano), se quedaron en unas habitaciones sin baño, de manera que les tocaba pagar 1 boliviano en los baños públicos de la playa, lo que resulto siendo más costoso que el hotel, pues el agua de Bolivia los había impulsado a pasar gran parte del día en el baño.

Después se fueron a acampar a la playa, lo que era un plan realmente recomendable (en verano), pues el paisaje es alucinante, y amanecer ahí, es hermoso, sin embargo, hay que estar preparado para el frio y la lluvia.

Nevado visto desde la Isla del Sol

Nosotros nos quedamos en otro hotel para tener los equipos más seguros, era un lugar en lo alto de la montaña con una vista hermosa, y bastante limpio, dormimos ahí dos noches, la tercera salimos para la Paz, pues a pesar de la belleza del lugar, el frío nos ahuyento. Salimos a caminar tan pronto dejó de llover.

Mira los hoteles de la Isla del Sol aquí

Por el camino al templo se ven los cultivos.

Uno de los viajeros con los que andábamos era Sami, el colombiano con el que viajamos desde Montañitas a Guayaquil, se había gastado todos sus ahorros, pero había logrado ahorrar lo suficiente trabajando en la calle, para ir a Machupicchu.

El templo del Sol

Los paisajes en la isla fueron exorbitantes, aproveché para hacer diversos time-lapse[2]  de los atardeceres y me sorprendió enormemente la tranquilidad y el tiempo que se tomaban cada uno de ellos para contemplar los paisajes.

Panormicas de la Isla del Sol

El frío de la isla comenzó a enfermarnos, después de dos noches salimos para La Paz.

La Paz

Al llegar a La Paz tuvimos que caminar mucho para encontrar un hospedaje, pues eran muchísimo más caros que en Perú, al contrario de lo que nos habían dicho durante todo el camino, al segundo día, encontramos el que nos habían recomendado los locos de la Isla del Sol, el Family House con habitaciones compartidas, hasta colchones en el piso y citas de viajes por montones.

[1] poi: juguete de malabares formado por una cuerda y dos pesos en las puntas que se usa para el swing, juego de movimientos circulares

[2] time-lapse: técnica fotográfica que consiste capturar movimientos imperceptibles a simple vista, acelerando el tiempo de grabación o tomando fotografías por intervalos de tiempo.