El Arcoiris antes de la cuarentena

Rutina 

Nunca pensé que quedaría atrapada en la cuarentena.

Han pasado tres semanas desde que llegué a la tierra cristal del arcoiris, una comunidad hippie, donde hay un encuentro en medio de las montañas de San Agustín.

Hace frío y llueve, la vegetación es verde y abundante, y las montañas alrededor están llenas de vacas.

Los hippies han puesto carpa con plásticos para protegerse de la lluvia. 

Ha llegado gente y se ha ido otra, algunos permanecen.

Mi nuevo hogar: mi carpa

Un chico alemán me cedió un espacio hermoso al lado del bosque. Tiene una hamaca y una plataforma de tierra donde va la carpa. Un gran plástico de 4 por 6 sobre él. Una bella vista hacia el bosque con lianas. Hay un fogón. He estado trabajando en mantenerlo y mejorarlo. He colgado orquídeas que encuentro en el bosque, he puesto plantas, flores y he agrandado el fogón.

Ahora estoy en el pueblo pues bajo una vez a la semana. Quiero hacer antorchas para alumbrar en las noches, así que compré parafina en bloque, aceite y estopa.

Me Baño en el río con el ripio del café y del chocolate, espero a secarme y la piel queda suave. 

A veces voy al río, a cantar, y dejo que ese canto me atraviese sin pensarlo mucho ni nombrar palabras, tan solo dejando que los sonidos fluyan de mi boca, como vayan apareciendo. Casi siempre voy sola a cantar, aunque el otro día fui con un alemán, y me dijo que le había gustado mucho; soy tímida así que no suelo cantar en público.

Cada vez que me aburro en un lugar voy a otro con gente diferente porque somos 60.  Nunca estoy sola. No es que me moleste la soledad, pero me encanta compartir con otros.

Las fogatas

Fogata

Me encanta hacer fuego, hago café para todos los que lleguen a mi carpa. Y le echo leche en polvo, jengibre y canela.

Recojo la leña en el bosque, para mi carpa, está mojada así que está difícil que prenda. Son palitos pequeños que se van cayendo de los árboles, toca soplar mucho y saca mucho humo.

Cuando llegué, me tocaba ponerme ropa porque el sol me quemaba mucho la piel, ahora porque hace mucho frío. Estamos a 1600 metros de altura en el macizo colombiano donde se forma el río Magdalena y donde hay mucha siembra de frutas y verduras, por eso llueve mucho. Y eso es difícil cuando uno vive en carpa.

Estoy haciendo yoga todas las mañanas, a veces sola, a veces con mi amigo alemán, es un chico muy tranquilo y guapo, rubio y de ojos azules como todos los alemanes, sensible y un poco triste. A veces también voy con las gemelas ucranianas que viajan haciendo acro-yoga y malabares por el mundo.

También les estoy enseñando inglés y español, y mientras tomamos el café practicamos cada una de las palabras de las cosas que nos rodean como el pasto, las ollas, el cielo, las hojas etc.

cocina

 

Se hacen comidas comunales, y a veces cocino para todos, somos 60, aunque no he cocinado en dos semanas, comienzo a cocinar a las 9 de la mañana y termino al atardecer, por lo que la leña esta mojada y toca hervir grandes ollas con agua, he hecho sopa de garbanzos molidos, sopa de papa, ensaladas deliciosas, lentejas, y bolitas de falafel.

Todos los días al atardecer reviso si hay leña en la cocina comunal y en mi carpa, si no hay, me voy al bosque, y en un momentico recojo mucha leña para el fuego sagrado y para la cocina.

Mientras haya fogata hay fiesta, música, baile y energía. El fuego grande da energía para bailar, nos podemos ver las caras, nos calienta y nos emociona.

Ahora también traigo leña para el café de mi casa, que no es una casa, sino una carpa, pero ya saben que me gusta nombrar siempre al lugar donde duermo como casa para sentirme en el hogar.

Talleres

 

He hecho talleres de masaje tailandés, uno de cabeza y otro de pies y manos. Aprendí en mi viaje a Chiang Mai, en Tailandia. Bajamos al río y mientras nos metemos y tomamos sol les voy enseñando lo que sé. El otro día hacían juegos mientras yo hacia el taller como a 20 personas, así que no pude jugar, pero seguro también los otros se divirtieron mucho. 

Propuse que fuéramos a hacer una fogata en el río para que nos metiéramos de noche, y fuimos muchos, pero a algunos les dio por hacer ambil, esa pasta espesa de tabaco que se mezcla con la hoja de coca, o el mambe (hoja de coca triturada y hecha polvo) y eso se demora toda la noche.

Bajar la olla de barro hasta el río fue super difícil porque pesaba un montón, estaba llena de agua, y cuando llegaron abajo se dieron cuenta que estaba rota y se había regado todo, al final la olla encima del fuego no dejaba que este calentara mucho y por eso hacía mucho frío, y me tuve que ir a dormir a mi carpa temprano. 

La vereda

escuela

La vereda donde queda el arcoiris, es pequeña, hay tiendas y salimos a veces a comprar almuerzo o mercado. Preparamos una pequeña obra de teatro para los niños de la escuela, hay una sola profesora en la Candela y como 12 niños de diferentes edades, ella le tiene que dar las clases a todos, debe prepararlos en todos los niveles y en todos los temas. En la obra de teatro hablamos sobre querer a la naturaleza y amar a todos los seres de la tierra, hicimos música, malabares, acrobacia, y cantamos cogidos de la mano con los niños, estaban felices, nos dieron muchos abrazos y besos.

Luna llena: ritual de ayahuasca

Hoy hay encuentro de mujeres, nos reunimos a construir un templo, hacemos chocolate y comida. Yo arregle mi carpa que se le rompió una varilla. Y ahora me hice un remedio para mi rodilla.

Tuve días muy difíciles con mi rodilla infectada que no me dejaba ni caminar, pues le pregunté a los campesinos y a personas que habían caminado mucho el campo, y todos me dijeron que parecía un gusano o nuche. Un día una enfermera me puso mentol y vaselina y luego lo estripó pensando que era eso y el dolor fue tanto que estuve temblando media hora alrededor del fuego. Luego sería el taita quien me curaría.

Ya vamos donde la segunda luna nueva pasó, cada luna llena se hacen fiestas grandes, esta vez hicimos un ritual de ayahuasca con el taita chito. Llegó muchísima gente.

Nunca había tomado yahé, sabe amargo y extraño. Sentí que me convertía en hojas secas y en tierra. Fue una sensación placentera, hasta que comencé a sentir la tierra en mi garganta y pensé que podría ser vomito que llegaba a mi garganta así que preferí sentarme, y salí del viaje.

El acosador

Tenía la barriga muy inflada y dolía, llena de aire, por jugar dije que iba a tener un bebé, y una de las hermanas llegó a abrazarme, y comenzó a hacer ruidos de gatico, ella decía que era como si fuera mi bebé. Habíamos pedido a todos los que no iban a tomar que no entraran al ritual, pero uno de los hermanos, que no había tomado ayahuasca, se acercó a buscarnos, abrazarnos y trataba de besarnos.

Luego otra hermana llegó por detrás a darme abrazos y él también llegó a abrazarnos. En ambas ocasiones me paré y me fui porque me sentía incomoda con él, luego me quedé sola y él llego a acostarse conmigo, tomó mi cobija y justo en ese momento en que estaba super incomoda el taita me llamó para ponerme ortiga en el cuerpo pues sabía que tenía la rodilla mal.

Yo me paré y le dije que me daba alergia la ortiga, que me quedan marcas durante al menos una semana y a veces me da fiebre, el aceptó. Agradecí que me llamara justo en ese momento porque pude alejarme del hermano, aunque me quedé sin cobija.

Al otro día, una de las chicas se me acerca y me pregunta si había sido incomodo para mi el acercamiento del hermano, la otra escucha y nos ponemos a llorar las tres. Me sentí abusada por el hecho de que él no estaba en el mismo estado de conciencia que nosotras, aunque no trató de tocarnos partes intimas fue algo incómodo.

Hicimos un círculo de mujeres, y nos reunimos todo el día hablar sobre el acoso de los hombres, y muchas mujeres dijeron que también habían tenido situaciones incomodas con él. Luego nos reunimos con él y nos contó que tenía ese problema, desde hace tiempo que trataba de curar. No lo he vuelto a ver parece que se fue, él ya hecho terapias y trata de cambiar su energía sexual pero no lo ha logrado.

Curación de la rodilla

El taita me curó, al día siguiente del ritual de Ayahuasca, volvió diciéndome que el abuelo le había dicho que me curara, y el vino solo para eso y no me cobró nada.

Tomó mi rodilla, yo lo miré atemorizada porque temía que me hiciera más daño. El con delicadeza tocó mi rodilla y me dijo que tenía fiebre, me dio unas plantas para que me bebiera el té para limpiar la sangre y para ponerme pañitos y antibiotico en la herida, una pastilla de farmacia con polvo adentro, para que la pusiera en el hueco. El abrió con delicadeza el hueco, halando la piel hacia el exterior de la herida, luego me pidió que yo misma lo hiciera y de mi rodilla salió un frijolito blanco, era la infección. Luego de eso pude caminar, bajé al pueblo a recuperarme, y tomé antibiotico.

La cuarentena comienza y seguimos en carpa

cuarentena

Cuarentena. No entrar, no salir.

Después de una semana sin bajar el pueblo, me encuentro con que el mundo está paralizado. Los extranjeros no puede salir a la calle, hay toque de queda de 9 a 5 de la mañana. Las fronteras terrestres cerradas. Los extranjeros pueden salir solo para volver a su país. El Covid está en todo el mundo.

Estoy en el Hostal Bambú, que es el mejor hostal de San Agustín, tiene una vista hermosa, agua super caliente y proyector de peliculas, además una cocina super bien preparada.

Aunque mejor me devuelvo antes de que me obliguen a quedarme encerrada 15 días en San Agustín. Dicen que todos los que lleguen deben quedarse 15 días en cuarentena sin salir. En realidad, es una ley solo para los extranjeros, pero si yo estoy compartiendo con ellos, tendría las mismas posibilidades de contraer el Covid que ellos. Así que esa ley absurda tiene que cambiar tan pronto y pueden encerrarme a mi también.

Misión comida para 60 personas

mercado en cuarentena

Se supone que solo puede salir una persona de la familia, y que no puede haber reuniones de más de 10 personas, pero que hay si mi familia somos 60 personas.

Los extranjeros no pueden salir por la cuarentena, porque dicen que ellos son los portadores del coronavirus, por eso debemos salir solo los colombianos y somos solo 10 colombianos de 60 hippies que somos.

Si la policía pregunta decimos que somos 20, y que hay pocos extranjeros, entonces nos dan permiso para bajar 2 personas al pueblo, y cómo podemos comprar entre dos la comida para 60.

Yo tengo que comprar la comida pero hay que cargar los bultos de comida en un carro, y entre dos sería muy difícil que cargaramos todos esos bultos de comida. Se darán cuenta que es comida para 60 al ver el carro todo cargado, además dicen que en el carro no puede ir más de una persona, y tampoco se puede llevar parrillero en moto, así que no sabemos cómo subir, ¿tocará caminar los 14 kms con la comida al hombro?, aunque solo comemos 2 veces al día, pero igual necesitamos mucha comida.

Yo estoy en la misión comida, así que salimos separados, 4 colombianos para que no vean que vamos juntos, compramos las cosas y tratamos que no se den cuenta que venimos juntos.

Papaya

En el arco iris tienen miedo, algunos están intranquilos. La policía dice que vendrá, para ver las condiciones de higiene, pero tenemos las manos sucias, llenas de tierra, cargamos en un hueco en el suelo lleno de moscas y sin papel higiénico sino solo agua, (lleno te moscas) y no usamos jabón. Hay muchos enfermos, tres chicas y algunos hombres, una tiene infección urinaria y otros tienen gripa.

Hemos creado una clave para cuando llegue la policía, «papaya» pues por un lado no pueden haber aglomeraciones de más de 10 personas y nosotros somos 60, comemos todos juntos a veces en el mismo plato y con la misma cuchara, nos agarramos de las manos nos damos besos, cantamos y reímos juntos. Los platos no se lavan con jabón sino solo con agüita y eso que a veces ni siquiera se lavan.

Si llega la policía les dará un ataque al ver las condiciones de higiene en plena pandemia, porque la cuarentena obliga a lavarse las manos y limpiar todo con alcohol.

La clave es  gritar “Papaya” cuando llegue la policía, ya nos dijeron que vieron a la policía en la carretera y que venían para acá, así que al escuchar la señal muchos de los extranjeros la mayoría ilegales salieron corriendo a esconderse, casi que quedamos 5 personas esperando que llegara la policía que nunca llegó, todos se molestaron por la falsa alarma pues estaban escondidos y asustados durante mucho tiempo.

También dicen que la guerrilla esta rondando la zona, que vienen a vernos en las noches, los perros ladran todas las noches de luna nueva, como está oscuro no se ve si hay gente nueva.

Anoche, dos chicos se emborracharon y llegaron gritando violentamente, diciendo que vendría la guerrilla, que nos secuestrarían a todos. Dormimos muy mal y con miedo.  Los escuche toda la noche rondando mi carpa. Dicen que uno de ellos  estuvo toda la noche desnudo molestando a los vecinos. Por eso los vecinos están muy molestos con todos nosotros.

Expulsados del Arcoiris en cuarentena

circulo de comida en cuarentena

Hay peleas, quieren sacar a dos hombres, así que hacen un circulo, todos los que quieran participar se sientan en un círculo y pasan un bastón, el que tiene el bastón es el único que puede hablar y dice lo que opina del tema, el resto escuchan hasta que les llegue el bastón, al final se hace un consenso para llegar a un acuerdo. Dicen que uno de los dos acusados roba comida pues la comida se pone al aire libre debajo de la carpa de un viejo alemán, quien se supone que la cuida en las noches, aunque todas las noches le sacan comida y él se levanta gritando.

La comida se compra con la plata que se recoge en el sombrero mágico, que se pasa todos los días después de cada comida, el que quiere da dinero y el que no, da besitos.

Encerrados en cuarentena

Ahora que todos estamos encerrados por la cuarentena, aunque al aire libre en el campo, muchos tienen miedo de quedarse sin dinero, así que hay poco dinero en el sombrero. La comida que se compra es para todos, el que quiera cocina pero solo se sirven dos comidas al día, a veces alcanza para repetir una o dos veces, y cuando gritan raspamor, los más hambrientos se lanzan a las ollas de comida para raspar el fondo y sacar lo poco que queda.

Si alguien tiene hambre debe cocinar para todos, pero algunos no tienen dinero o posibilidades de salir a comprar comida de más a causa de la cuarentena.

Algunos prefieren robarse la comida y cocinar para ellos solos en su carpa, en vez de esperar a que alguien más cocine o a cocinar para todos.

Hay un hombre que está acusado de robar cosas.

Los acusados no se pueden ir en plena pandemia porque está cerrado por cuarentena, y no hay manera de rebuscársela en la calle en este momento, dicen que los llevarán lejos del encuentro y les llevaran comida.

Ahora todo está más tranquilo, espero que también lo esté afuera del Arcoiris, en la cuarentena de la ciudad.

Acá seguimos normal, haciendo comidas, cantando y disfrutando de los amigos tan lindos que hemos hecho.

Pensé que podría ir a casa cuando quisiera pero no, la cuarentena no permite cambiar de ciudad, ayer dieron salida para ir con las familias, pero yo no me enteré o me enteré tarde.

Atrapada y amenazada en cuarentena

circulo de cuarentena

Hoy hablé en el círculo de un hombre que me gritó desde el primer día , y al que decidí no tratar más, ni compartir espacio con él.

La primera pelea fue porque el niño me dijo que tenía hambre y que “el dueño de la cocina» no le quería dar comida, y cuando fui a decirle que los niños tenían derecho a comer siempre que tuvieran hambre aunque todavía no estuviera listo, él me empezó a gritar e insultar. Entonces llevé al niño a mi carpa y le di la comida que yo tenía.

Otro día, llegué a hacer un café donde él estaba, en la cocina pirata y le pregunté que cuando terminaba para yo hacer el cafesito, él me comenzó a gritar y levantó un machete y dijo que la próxima vez que lo molestaran lo iba a usar.

Otra vez llegué a preguntarle a un amigo por mi infección en la rodilla y el comenzó a gritarme porque no podía hablar de enfermedades mientras el cocinaba.

Un alemán que propuso sacarlo me pidió que contara mi experiencia con él, después de contarla sentí miedo, porque al menos seis personas no quieren que se vaya. Y acá si no están de acuerdo todos, no se puede sacar.

Como no puede salir por la cuarentena, la idea es que al menos lo lleven afuera del arco iris a la tierra vieja, que es a 10 minutos de acá, (si abajo están de acuerdo), y qué los que lo quieren le lleven comida, pero parece que nadie quiere llevarle comida. Si lo dejan aquí seguro tendré más problemas con él. Así que no sé qué pasará, porque faltan 30 días para poder salir de la cuarentena.