Jaipur
Luego de lo ocurrido en Agra, hice una gran investigación para encontrar un excelente hostal a buen precio en Jaipur, pero aún así me drogaron en el hostal.
Piedras en Jaipur
Jaipur es el lugar dónde he visto más piedras en toda mi vida, y por ellas fui a India, porque vendo artesanías con piedras semipreciosas. A Jaipur llegan piedras de todo el mundo desde America, Africa, y Asia, ahí las cortan, las pulen y las revenden.
Nadie me había dado una idea de dónde conseguirlas pero la verdad es que Jaipur esta llena de tiendas de piedras, una tras otra por kilómetros cuadrados de extensión. Hay muchos sectores donde se consiguen.
Así que lo primero que hice al llegar, fue salir a completar mi objetivo, para entonces ser libre de moverme a donde quisiera, el hombre de la recepción me anotó varios lugares en Jaipur donde podía ir a buscarlas.
El primer día comencé con mi investigación, un chileno me acompañó ese día, había caído en el cuento del moto taxi que te cobra 450 rupias por todo el día (6.5 dólares) luego te llevan a tiendas donde ellos ganan comisión por llevarte y por supuesto te cobran muchísimo más, pues las tiendas TIENEN que pagarles, no importa si quieres ir a un restaurante, comprar piedras o visitar un monumento siempre te querrán meter este paquete, (mi consejo es que te muevas en Uber o Ola que sale más barato unos 100 o 50 por trayecto, te respetan más y no tienes que escuchar todos los pitos de los carros en tu oído).
Él nos llevó a una tienda donde les dan comisión, y claro los precios de turista estaban por las nubes, en todas las tiendas a las que entrábamos me cobraban 10 veces más del precio habitual. El chileno compró unas 3 piedras por 100 dólares. Por más que preguntamos en unas diez tiendas todas me cobraban, las piedras hindúes más caras de lo que las podía encontrar en cualquier país del mundo, mejor dicho al precio que yo quería venderlas pero trabajadas.
Caminamos al centro, la gente seguía pidiéndome lo mismo, comenzaba a pensar que era demasiado difícil luchar contra esas fieras, que tendría que irme de India con las manos vacías, que habría ido por nada, pues con esos precios no tendría ningún beneficio al vender, y tampoco podría invertir casi nada, no podía entender como todo el mundo viajaba a India a comprar piedras.
Volví sin comprar nada; aburrida y deprimida tras encontrar tantos estafadores.
Finalmente un amigo de México me envío un contacto, y logré comprar piedras a muy buen precio, aunque tocaba escoger mucho para tener unas bonitas pues muchas estaban rotas o fracturadas.
Las piedras las hacen sin ranura, ya que es menos trabajo y las pueden vender más baratas, pero mi trabajo se facilita mucho con las ranuras además de que puedo hacer otros diseños, así que mandé a ranurar la mayoría, aunque me dijeron que las tendrían en 2 días a los 7 días todavía no estaban listas.
Así que decidí irme para Pushkar, otra semana más, pues ya no aguantaba los que me perseguían en la calle cada vez que salía a la tienda o al restaurante.
Un mototaxi que me prometía llevarme a una tienda barata, el otro que me llamaba todos los días, y los que me perseguían en la calle para que me montara en su moto cuando salía a caminar, los que me escribían en el Instagram todos los días, sumándole los pitos en la calle, las miradas de la gente, el mugre y los olores.
Y la historia de Jaipur no termina aquí porque volvería para recoger las piedras. Y sería entonces cuando me drogarían.
Pushkar
Pushkar es un pequeño pueblito, mucho más tranquilo, sin embargo las alimañas brotaban de cualquier esquina.
Todos los días caminaba a la entrada del pueblo dónde estaba una gente tratando de ponerte 4 pétalos de rosa en las manos, había leído en blogs que lo hacen para cobrarte mucho dinero por ellas, nos las recibí, me insistían agresivamente y se molestaban porque no las aceptaba. También me acosaban agresivamente para llevarme en la moto, o para venderme hojas, cuando intenté grabarlos para mostrar eso, se ocupaban en otras funciones y ni me miraban.
Había niños pidiéndome comida, pero yo ya desconfiaba de todo, preferí no darles hasta conocer las razones del engaño, resulta que te llevan a una tienda y te cobran carísimo cualquier cosa, luego cambian la comida por dinero en la tienda y se dividen el dinero con el tendero. Cada día aparecían más mujeres con bebés pidiendo comida, y más niños. Me perseguían hasta que les decía que se fueran a molestar a otra persona. O les contaba que yo también trabajaba en la calle, y que también había aguantado hambre, pero que seguía trabajando y no pedía dinero a cambio de nada, un niño me miro sorprendido y se alejó sin palabras.
Un «amigo»
El primer día hice un amigo, vendía los hilos que yo necesitaba, entonces solo tenía carretes gigantes demasiado pesados para añadirlos a mi equipaje, y me dijo que no existían pequeños, ya que quería venderme los suyos, pero recorriendo todas las tiendas encontré los pequeños, a un hombre le compre 12 hilos, luego me ofreció cobre dándome un muy buen precio, y cuando fui a comprarle empezó a subirle el precio a todo y cobrarme hasta 10 veces más de lo que me había dicho, así que no le compré el cobre.
Luego volví por las piedras, donde mi «amigo» pero el no estaba, solo estaba su hermano, al que le pagué con 2000 rupias (27 dólares), me pidió más sencillo y cuando le pedí que me devolviera las 200 rupias me dijo que no se los había dado.
Cambie 3 veces de hostal primero estuve en The Pineapple Express, tenía de bueno que quedaba en el campo con buen ambiente, (un poco polvoriento), pero era el único que tenía gente y muy buen ambiente, lo que no me gustó es que había jején (esos bichitos pequeños que pican y no los ves), luego me pasé a otro super sucio llamado Zostel, las fotos eran super lindas en booking, pero la realidad era otra, podría ser un buen hostal pero estaba super descuidado y sucio, aunque la pizza era una delicia, finalmente encontré uno bueno, llamado Madpackers, un lugar super limpio con un baño gigante y las paredes pintadas con motivos hindú, una decoración hermosa muy cómodo, seguro y limpio.
Pushkar es el lugar donde la gente va a comprar ropa para comerciar por todo el mundo, pero tampoco me pareció barata, variaba entre 250 y 700 pesos, (4 y 10 dólares) la ropa bonita no era ropa hindú sino ropa que seguramente es hecha por y para extranjeros.
Compré solo un pantalón un vestido cada uno a 10 dólares y dos tops porque por fin encontré talla hecha para turistas (sin tetas). Tenía que caminar con mucho cuidado siempre pendiente de mis bolsillos de no ser robada o estafada.
A los 7 días volví por mis piedras.
De vuelta a Jaipur… me drogaron
Finamente volví a Jaipur y quise volver a los lugares donde había estado antes, esta vez me dieron los precios correctos, así que pude comprar más piedras y las volví a ranurar para lo que me tocó esperar 3 días mas en ese Jaipur.
Casi siempre estuve encerrada en el hostal, ya que me daba pereza salir a la calle, para aguantarme los pitos, la gente persiguiéndome y el mugrero (que al final era lo de menos) cuando salía pedía un Uber que me dejara en el restaurante o el templo, hasta para ir a la tienda tenía que armarme de valor y fuerza.
La drogada
En esas un hombre llego al hostal, y desde que lo vi me dio desconfianza, porque cuando abrí la cortina me dijo “hola” sin esperar dos segundos a que saliera, estaba sentado en el piso mirando hacia la cama donde yo estaba durmiendo, parece que me estaba vigilando, sin embargo, me pregunto donde iba a desayunar y le dije que iría a una cafetería cercana, así que vino conmigo.
Luego me fui a recoger las piedras y le pedí que se fuera ya que sola me cobraban menos, al volver al hostal me recibió con una cerveza, que destapé y me tome hasta el final, sin parar por miedo de que me alejara y le pusiera droga. Luego me ofreció un cigarrillo y otra cerveza. El cigarrillo lo fumé aunque boté la mitad por desconfianza, y la cerveza solo la probé.
Pero en algún momento me alcanzó a drogar porque me dio mucho sueño y me sentí muy borracha, mi madre me llamó en ese momento y me pidió que pusiera el video, me quedé hablando con ella y no recuerdo bien, pero se que me pinté el pelo, que almorzamos yo pedí la comida la servir en la mesa, luego me lavé el pelo, y cada día mi recuerdo se hace más borroso, recuerdo que me sentí muy incomoda y me encerré en mi cama con la cortina cerrada, mientras el se tomaba 20 cervezas gigantes en la habitación con la luz apagada, yo trataba de trabajar en mi computador, y entonces no podía concentrarme, prendí la luz y el la apagaba y estaba en la habitación en toalla, entonces decidí salir al comedor, al ver al recepcionista le conté lo que pasó, y le pedí que me cambiara de habitación, así que medio dormí en la habitación de mujeres con mucho miedo.
A las 5 de la mañana llego la otra mujer que dormía ahí y casi me muero del susto, no pude dormir más, entre al cuarto y boté la cerveza en el lavaplatos y se llenó de espuma, entonces recordé que un amigo mexicano me dijo que esa era la manera de saber si tenía droga.
El hostal era el mejor en el que me había quedado en India, pero como todo lo bueno en India tiene su lado malo, la zona donde estaba ubicado no era bonita, y muchos hombres hindúes iban a buscar mujeres extranjeras ahí, porque es un precio muy accesible (5 u 8 dólares).
Y como me dijo la compañera de la habitación femenina, tú no tienes nada que estar haciendo en una habitación mixta. Y después de 2 años de viajar sola, creo que tiene razón, si estoy en una habitación mixta es porque estoy buscando, deberían ser al mismo precio que la masculina, y también me tengo que cubrir hasta el pelo.
Al día siguiente me fui a ver uno de los templos más lindos que he visto en mi vida
Finalmente compré mi pasaje de tren, aunque esta vez el recepcionista no me quiso ayudar a comprarlo, viajé en segunda clase que es la mejor, ya que la primera son habitaciones encerradas con puertas metálicas por lo que es más peligrosa (me explicó la compañera hindú con la que viajé en el tren), en las otras clases va mucha gente y tal vez te toque de pie o apretado, si quieres compartir con indios es la mejor. Aunque yo después de conocerlos un mes prefiero estar sola y compartir lo menos posible con los hindúes.
India rompió mi viaje en dos, no puedo negar que mi experiencia fue increíble en Kajuraho, y que encontré gente hermosa como Isha y Avi, pero el tiempo que estuve sola sufrí más que nunca en mi vida, el estrés que viví en la calle sobrepasó mis limites, los atropellos, los pitos, los robos. Jaipur es un lugar para pocas personas en este mundo, y sin duda me rechazó.
Que experiencia. Si yo la verdad que estoy por viajar. Y creo que es difícil el ser mujer en este caso. Voy a buscar piedras también . Me puedes ayudar a encontrar un lugar que sea barato y fiable. Un saludo
Cerca del Monkey temple, hay muchísimos almacenes, una cuadra llenísima de almacenes, el primer almacén a la izquierda fue el que mejor me fue, también hubo otro donde compre cerca al hotel donde me hospedé pero no tengo claro el nombre o la dirección porque se me perdió el celular que tenía en la época. Pero escríbeme al mail y cuando encuentre te cuento. Y cuales son tus planes van para donde luego?
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Ufffff Isa de verdad que he escuchado cuentos de los Indios pero son feroces por lo que narras. Pero bueno digamos que son experiencias que te fortalecen así que sigue adelante 😍
Si la verdad que si fue difícil, y ya pasó, y seguro que me fortaleció, ahora para adelante. Gracias por el apoyo y la compañía.