Lo más visitado en India es el Taj Mahal, así que era mi prioridad. Y fue el tercer lugar que visité.

El peor hostal en el que he estado

Todo empeoró  esa noche, cuando llegué al Rhine Hostel; era sucio y oscuro, y demasiado tarde para cambiarme de hotel. Me señalan una habitación privada, y le insisto al hombre que pedí una habitación compartida, vuelve y me señalan otra privada y vuelvo a insistirle que pedi una compartida, finalmente me llevan a una en la que hay un japonés, y vuelvo respirar.

Quedarme en una privada implicaba menos seguridad para mí, mientras que si somos dos o más, es menos probable que me roben o que intenten violarme, pido que me cambien el tendido de la cama, porque esta negro del mugre, igual duermo dentro del sleeping. Pido comida, un irresponsable pollo en mantequilla, lo sé, pero no me cayó mal. Me acuesto a dormir pensando en el Taj Mahal. 

A las 5 am me levanto para tomar una ducha, el baño huele horrible, da asco bañarse, pero igual me baño. El inodoro tiene un letrero que dice que si botas papel al inodoro te hacen recogerlo con tus propias manos. Otro en la pared que dice si buscaba economía no te quejes.

No hay que quedarse en hoteles baratos en India, 160 rupias como 2 dólares y medio, el peor hotel en el que he estado, (mmm no el peor pero si esta entre los 5 peores), tenía buenos reviews en booking, excelentes diría, (pero yo ya puse uno malo), así que no es suficiente ver los reviews hace falta ver también las fotos y el precio.

En la mañana despierto al administrador para salir, él me da la llave para que abra la puerta. El candado de la puerta esta dañado y la llave no funciona, así que me toca subir de nuevo y despertarlo otra vez para que abra. Él está durmiendo en la habitación de al lado, encima de un sucio colchón sin sábana.

El Taj Mahal

 

 

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Ya les he contado que el Taj Mahal fue el lugar que más me gusto en India sobre todo por lo segura y tranquila que me sentí ahí adentro, y por eso fue el único lugar en el que saqué la cámara y tomé muchísimas fotos que les voy a compartir esta semana… y es que es un Oasis en medio del caos…. Pero saben que tiene una historia horrible… muchos la llaman romántica. Yo la veo desde otro punto: egocéntrico, para empezar porque el emperador le cortó las manos a muchos de los que trabajaron construyéndolo para que no construyeran más lugares como este. Y por el otro porque es una tumba para una de sus esposas (una de las tantas) y para él por supuesto y quería que todo el mundo lo recordara y lo admirara siempre. ¿Qué piensas tu del Taj Mahal? 

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Entonces me voy al Taj Mahal, que afortunadamente queda a 10 minutos caminando. Muchos hindúes me insisten para que suba a su bus, taxi o rickshaw (mototaxi), me persiguen, pero continuo caminando haciéndome la de los oídos sordos, (ellos tampoco me escuchan). Llegué a comprar la boleta, y solo había una persona adelante mío; cruzo las puertas de seguridad y ahí encuentro la paz: el Taj Mahal.

Es hermoso cuando has visto Agra y has logrado escapar de ella. Cualquiera que llegue a esta ciudad agobiado por el entorno encontrará el mismísimo cielo al entrar en el Taj Mahal. Agra es sucia, ruidosa y llena de maleantes, gente acosándote para comprar o siguiéndote para robarte, meterte la mano en los bolsillos o estafarte, al menos esa fue mi impresión de tan solo una mañana de estar ahí.

La decepción del Taj Mahal

Debo confesar que al verlo, me sentí un poco decepcionada, y por lo tanto tonta, sentí vergüenza al no entender porque era una de las 7 maravillas del mundo moderno y sentí que debía apreciarla como tal y entenderla. 

Cuando llegas al Taj Mahal encuentras un remanso de paz, no hay vendedores, nadie que te acose, no se escuchan los pitos, ni se ve el mugrero, es blanco gigante, limpio y puro.

Se atraviesa la puerta de entrada, marrón, hermosa y un largo estanque de agua te introduce al palacio o más bien dicho la tumba donde están los enamorados.

La belleza del Taj Mahal

Rodeado de arboles, el Taj Mahal comienza a hacerse cada vez más grande a medida que caminas hacia él, hasta que llegas a sus pies, tienes que quitarte los zapatos a la entrada como símbolo de respeto y como es usual en India cada vez que entras a un lugar.

Mármol en Taj Mahal

 

En todas sus paredes hay flores en alto relieve, talladas en el mismo mármol, con delicadas curvas y profundidades que le dan viveza y movimiento.

También hay otras piedras incrustadas entre el mármol, con curvas difíciles de realizar, ya que deben tallarse los huecos en el mármol y luego las piedras para que casen perfecto, y esto que no es nada fácil, esta hecho con gran técnica y delicadeza. 

 

Flores en el Taj Mahal

 

Adentro hay muchísimas de estas flores incrustadas, pequeñas o diminutas y delicadas rejas que circundan los dos ataúdes de los enamorados. Su majestuosidad y armonía son perfectas. 

Interior en el Taj Mahal

El eco del Taj Mahal

De vez en cuando entran grupos de turistas que permanecen contados minutos dentro del sepulcro, y cuando los guías hablan de forma brusca y fuerte se escucha un eco que se repite una y otra vez hasta que resulta imposible entender lo que hablan, un eco que transforma cualquier voz en infrahumana y mágica.

El Taj Mahal es un recinto de respeto, que hace parte de un rico emperador musulmán de la dinastía mongol, queriendo imponer su ego con esta majestuosidad ante un pueblo sumido en la pobreza, es un difunto como todos los difuntos que merece respeto, pero que por encima de todo lo impone con este inmenso y perfecto palacio; tanto que según dicen, el rico emperador mandó a cortarle las manos a los que trabajaron en él, para que no construyeran nada parecido.  

La historia del Taj Mahal

Él se encontraba de viaje, cuando una de sus mujeres, la preferida, murió; sumido en su ego, decide construir esta tumba. Tiene cuatro torres de seguridad a su alrededor, que se cree que guardaban los tesoros que fueron saqueados por los ingleses, tiene una gran entrada y dos mezquitas una a cada lado, su imposición es descomunal.

Taj Mahal

Sola en el Taj Mahal

No había prácticamente nadie, venir en monzón a India tiene sus ventajas, me pude sentar durante horas a admirar esta grandiosa obra, y sobre todo a descansar del bullicio, de la calle, del gentío y del peligro. Un blanco enorme y moldeado, todo en mármol tallado, impone sin duda respeto, solemnidad y calma. Aunque quiero aclarar que la mayoría de los turistas terminan de recorrer el Taj Mahal en una media hora, pues toman las fotos y se van y poco se quedan a observar los detalles. ¿Será que no los atrapa ni les interesa tanto, será que algo le falta para que nos hipnotice más?

Yo, quería quedarme ahí toda la vida, aunque el sol de la mañana comenzaba a asomarse por encima de la tumba para acalorarme la testa, el sol me deslumbraba sin dejarme observar la inexplicable belleza y tranquilidad. Salí del Taj Mahal porque el Japonés del hotel, también decepcionado con el templo, me pidió que fuéramos a desayunar, ¿pero porqué quiere salir de ahí para volver a la cruel realidad?, me sentí un poco forzada pero después de tantos años de viaje estoy acostumbrada a soltar, en parte lo entiendo:

Sentí lo mismo recién vi el Taj Mahal, aunque habiendo pagado tanto dinero y siendo tan blanco, silencioso, moldeado, perfecto, calmo y seguro, me había enamorado de él, además sentía la felicidad de un logro cumplido y de una foto para Instagram, luego me senté a contemplarlo durante horas, a llenarme de motivos para nombrarlo una de las 7 construcciones más bonitas del mundo y cada segundo comencé a amarlo más, hasta que decidí que era lo mejor que me había pasado en India y que me pasaría también.

De vuelta a la cruel realidad

Fuimos a desayunar al hotel, un italiano llego de pronto a pedirme que le prestara el computador. Cuando el dueño del hotel vio mi computador, clavo sus ojos en él sin disimular, (como siempre en India) y me impidió que lo guardara de nuevo en el locker porque había anunciado que me iría en un par de horas, así que me tocó andar con la maleta al hombro el resto de la tarde.

El dueño del hotel se ofrece a llamarme un taxi privado, y debo confesar que sentí miedo, pero tomamos un taxi con el japonés y otros chicos que habían llegado al hotel y que querían ver los otros palacios y templos, en la misma dirección.

Yo me bajé en la estación de metro, y mientras me bajaba del rickshaw (mototaxi) en tan solo 3 segundos me abrieron la maleta, salté sorprendida al sentir el click de la hebilla que se abría y me volteé rápidamente encontrando un hombre que vendía comida en un puesto callejero, el hombre me señala su puesto para que compre.

El hombre del rickshaw en el que llegamos, me ofrecía llevarme a otro lugar, mientras que la turista con la que veníamos le gritaba que me dejara tranquila y me decía que me fuera rápido dentro, yo salí corriendo  huyendo de las decenas de fieras que intentaban atraer mi atención que me gritaban, me perseguían y me halaban, pero acelerando el paso llegué a la entrada de la estación, y luego tomé el tren hacia Jaipur, un tren de tercera clase asientos con ventilador, afortunadamente había una mujer con sus hijas en frente mío ya que el resto de la gente eran hombres. Uno de ellos se sentó a mi lado para conversarme.

Desde ese momento decidí, que si tenía que vivir un mierdero en la calle, tendría por lo menos que quedarme en un buen lugar, así que de ahí en adelante mis búsquedas serían muchísimo más exhaustivas, y no estaría contenta en un cuchitril. Pero aún con tres niveles de seguridad , me pasaría lo peor que me podía pasar en un hostal. Pero eso lo contaré en el siguiente articulo sobre Jaipur. 

Si quieres ver otras entradas de India lee mi experiencia en los Templos del Kamasutra en Khajuraho  y mi estadía de 15 días en New Delhi